Testeo animal: en qué consiste la experimentación animal en cosmética

En la experimentación con animales, se aplican sustancias químicas a los animales para evaluar la seguridad de los productos cosméticos. Las denominadas pruebas de irritación y corrosividad incluyen diversos métodos en los que se aplican o inyectan sustancias químicas en la piel rasurada o el pelaje de los animales.

La exposición de los ojos también es una práctica habitual, en la que las sustancias químicas se instilan en forma de líquido, se inyectan en forma de polvo o se pulverizan en forma de gas sobre la córnea.

Tras la aplicación, se observa cuidadosamente a los animales durante un máximo de 14 días para monitorizar el desarrollo de cualquier lesión. A menudo muestran signos de inflamación y ulceración, así como heridas supurantes y sangrantes. Estos efectos también pueden causar problemas de salud a largo plazo e incluso provocar la muerte.

Los roedores, como ratones, ratas, cobayas y conejos, son especialmente vulnerables a estos experimentos. Durante las pruebas, los animales se encuentran indefensos ante los humanos y experimentan un intenso miedo y dolor.

El maltrato animal en la producción de maquillaje, al igual que en otros cosméticos, es una preocupación creciente entre los consumidores éticos. Muchas personas no están dispuestas a utilizar productos que han causado sufrimiento a los animales o cosméticos hechos con animales.

La experimentación animal en la producción de maquillaje y cosméticos no solo plantea serios dilemas éticos, sino que también ofrece resultados científicos cuestionables que abordaremos más adelante.

A nivel europeo, el Reglamento (CE) n.º 1223/2009 regula la experimentación con animales en cosméticos de la siguiente manera:

1. Prohibición de la experimentación con animales: Desde 2009, está prohibido realizar experimentación animal para la producción de productos cosméticos y sus ingredientes en toda la Unión Europea.
2. Prohibición de la comercialización: Desde 2013, está prohibida la comercialización en la UE de productos cosméticos, incluidos los importados, que hayan sido sometidos a experimentación animal. Esto prohíbe la venta en el mercado europeo de cualquier producto testado en animales después de las fechas de entrada en vigor de estas prohibiciones.

Desde 2013, esta prohibición es estricta y abarca todo el territorio español, obligando a las empresas a utilizar prácticas alternativas a la experimentación animal. Además, la legislación española incluye la Ley 32/2007 y el Real Decreto 53/2013, que establecen los principios de bienestar animal y la necesidad de reemplazar, reducir y refinar (las tres R) el uso de animales en experimentación.

Aunque estas normativas pretenden eliminar las pruebas con animales para la producción de cosméticos, la implementación no siempre es tan estricta como parece. En la práctica, existen excepciones y lagunas que permiten el testeo en animales bajo ciertas circunstancias, lo que significa que la experimentación con animales no se ha eliminado completamente en la UE.

Aunque no hay argumentos sólidos que justifiquen la experimentación con animales en la industria cosmética, existen ciertas circunstancias que permiten que esta práctica continúe. En ocasiones, la prohibición vigente en la UE sobre los ensayos con animales para la producción de cosméticos puede eludirse debido a lagunas legales y a la superposición de responsabilidades en lo referente a la ley de experimentación animal.

Según la normativa REACH sobre sustancias químicas, algunos ingredientes deben someterse a ensayos con animales si se consideran peligrosos o si es necesario evaluar su impacto ambiental. Además, la legislación exige el testeo en animales si las sustancias químicas no se utilizan exclusivamente en productos cosméticos, sino también en artículos de uso cotidiano, como pinturas murales o productos de limpieza. Estas normativas incluyen amplias exenciones para ingredientes cosméticos, que están bajo la regulación del Reglamento REACH.

Aunque la experimentación con animales para productos cosméticos está prohibida en la UE, esta práctica persiste en otros países. La UE tiene capacidades limitadas para verificar si los productos cosméticos importados han sido sometidos a ensayos con animales, ya que la prohibición se aplica únicamente a las pruebas de seguridad prescritas por la UE. Las empresas no están obligadas a revelar si otros ingredientes han sido probados en animales fuera de la UE, lo que dificulta verificar el cumplimiento total de la prohibición.

En países como China y Rusia, la experimentación animal para la producción de cosméticos está permitida e incluso es obligatoria en algunos casos. Para vender productos en el mercado chino, las empresas deben registrarlos ante una autoridad reguladora, que a su vez puede requerir ensayos con animales. A pesar de los elevados costes de estas pruebas, las empresas las aceptan debido al considerable potencial de mercado.

Sin embargo, desde 2021, China permite la venta de productos cosméticos convencionales (Non Special Use) sin la necesidad de testeo animal, aunque los cosméticos de uso especial, como protectores solares y tintes para el cabello, aún requieren estos ensayos.

En principio, no existen argumentos de peso a favor del debate sobre la experimentación con animales en cosmética. Ya se dispone de una amplia gama de ingredientes seguros y libres de crueldad. Esto significa que las empresas pueden evitar el uso de sustancias que hayan sido probadas en animales, protegiendo así a los animales de sufrimientos innecesarios.

La experimentación animal en cosmética no solo plantea serios dilemas éticos, sino que también ofrece resultados científicos cuestionables. Dado que los animales reaccionan de manera diferente a los humanos tanto anatómica como fisiológicamente, se desarrollan y mejoran continuamente métodos alternativos sin experimentación animal. Estos métodos permiten garantizar la seguridad de los productos cosméticos sin comprometer la calidad ni causar sufrimiento a los animales.

Los avances tecnológicos han permitido el desarrollo de métodos de ensayo alternativos que son más éticos, y a menudo más económicos y precisos, que los ensayos tradicionales con animales. A continuación, se presentan algunos ejemplos de los numerosos métodos de investigación disponibles como alternativas a las pruebas con animales para la producción de cosméticos.

Métodos in vitro

Los ensayos in vitro, que se realizan en modelos tisulares tridimensionales de la córnea, el tracto respiratorio y el tracto digestivo humanos, permiten replicar estas estructuras fuera de un organismo vivo. Estos métodos no solo evitan la exposición de animales a sustancias químicas, sino que también ofrecen información más precisa sobre la tolerabilidad de los cosméticos, proporcionando resultados más relevantes al usar células humanas.

Modelización por ordenador

Las simulaciones por ordenador, también conocidas como métodos in silico, se desarrollan continuamente. Gracias a amplias bases de datos de sustancias químicas, los programas informáticos modernos pueden simular el modo de acción y la toxicidad de nuevas sustancias sin necesidad de realizar más pruebas en animales.

Modelos de simulación

La inteligencia artificial y la realidad virtual están adquiriendo un papel cada vez más relevante en la medicina. Gracias a maniquíes avanzados y entornos de realidad virtual, es posible simular la anatomía humana con gran precisión. Estas herramientas se utilizan para la investigación y la formación médica, permitiendo evitar el uso de animales y ofreciendo un enfoque ético y efectivo.

La decisión de una empresa de evitar la experimentación animal depende, en última instancia, de su integridad y ética. Sin embargo, los consumidores también desempeñan un papel fundamental en esta cuestión.

Una de las acciones más efectivas que pueden tomar es firmar peticiones. Organizaciones como PETA, dedicadas a la defensa de los derechos de los animales, ofrecen peticiones para exigir el fin de la experimentación con animales en la producción de cosméticos. Al firmarlas, se envía un mensaje claro a las empresas: los consumidores no apoyan el testeo animal y demandan el uso de alternativas más éticas.

Otra forma de contribuir es optar por productos etiquetados como «cruelty-free» o ‘libres de crueldad’. No obstante, es importante ser cauteloso, ya que algunas empresas pueden utilizar esta etiqueta mientras realizan ensayos con animales para otros productos. Elegir cosméticos veganos es también una opción viable.

Estos productos no contienen ingredientes de origen animal, como tejido conectivo o queratina. Aunque no todos los productos veganos son necesariamente «cruelty-free», representan un paso hacia una cosmética más ética y respetuosa con los animales.

El compromiso de ADA Cosmetics con el bienestar animal

En ADA Cosmetics, estamos firmemente comprometidos con el bienestar animal. Creemos que ningún ser vivo debe sufrir en nombre de la belleza. Por esta razón, hemos eliminado completamente el uso de pruebas con animales en todas las etapas de nuestro proceso de desarrollo y producción. Nuestros productos cosméticos están elaborados con ingredientes que no han sido probados en animales, garantizando que los proveedores también se adhieran a esta ética.

Con los productos de ADA Cosmetics, puede disfrutar de su rutina de belleza con la tranquilidad de saber que está eligiendo opciones éticas, que no son perjudiciales ni para los animales ni para el medioambiente. Queremos fomentar el bienestar de todos los seres vivos, promoviendo una cosmética consciente y respetuosa.