La Corporate Sustainability Reporting Directive (CSRD) es la nueva directiva sobre informes de sostenibilidad corporativa que entró en vigor en 2024. Esta normativa amplía el alcance y los requisitos de la anterior directiva de información no financiera, conocida como Non-Financial Reporting Directive (NFRD).
La nueva directiva CSRD se basa en la NFRD, la cual era obligatoria desde 2014 para las empresas de interés público con más de 500 empleados. La NFRD tenía como objetivo la divulgación de información no financiera sobre aspectos como el impacto ambiental, la responsabilidad social, los derechos laborales, el respeto a los derechos humanos y la lucha contra la corrupción y el soborno.
CSRD vs. NFRD
La nueva directiva CSRD introduce estándares de informe obligatorios a nivel de la UE y amplía el número de empresas sujetas a la normativa. Mientras que la NFRD obligaba a unas 11.600 empresas en la UE a presentar informes, la normativa CSRD incrementará esta cifra hasta aproximadamente 49.000 empresas. Además, también será de aplicación para pequeñas y medianas empresas (PYMEs) que cotizan en bolsa, así como para empresas de terceros países con ingresos significativos en la UE.
La NFRD presentaba diversas limitaciones, ya que permitía a las empresas una gran flexibilidad en la elaboración de sus informes, lo que generaba diferencias en la calidad, el formato y la extensión de los mismos. Esto dificultaba la comparación entre empresas del mismo sector y, en muchos casos, excluía información relevante en materia de sostenibilidad. Además, la NFRD no exigía auditorías detalladas, dando lugar a informes creados con un proceso de evaluación o verificación en ocasiones escaso.
Uno de los cambios clave introducidos por la CSRD de la UE es el concepto de doble materialidad CSRD, que obliga a las empresas a informar no solo sobre cómo sus actividades impactan en temas relacionados con el concepto de sostenibilidad («perspectiva inside-out: de dentro hacia fuera»), sino también sobre cómo los riesgos ambientales y sociales afectan a la empresa («perspectiva outside-in: de fuera hacia dentro»). Este enfoque permite valorar de forma más precisa y transparente el impacto y la gestión de la sostenibilidad dentro de cada empresa.